NOTIVIDA,
Año VI, nº
396, 13 de octubre de 2006 Ciudad de Buenos Aires EDUCACIÓN SEXUAL: GANÓ EL CONSENSO
ILÍCITO La Legislatura de la ciudad de Buenos
Aires, por unanimidad de los legisladores presentes (46), sancionó ayer la ley
de educación sexual. Por
La inocencia de los menores y los derechos
naturales inalienables de los padres fueron una vez más traicionados por el
dialogismo y el consensualismo de los mal llamados defensores de la familia que
los entregaron en bandeja de plata al progresismo abortista y pro-gay, que hoy
festeja la victoria en todos los medios. Los menores de las escuelas de gestión
pública y de gestión privada se verán sometidos desde los 5 años al lavado de
cerebro sexópata del progresismo: “El reconocimiento y la valoración de la
responsabilidad y el derecho a la intimidad como elementos indispensables en los
comportamientos sexuales; El respeto a la diversidad de valores en sexualidad;
El reconocimiento de la perspectiva de género en los términos del Art. 38 de la
Constitución de Los contenidos A fines de septiembre el Ministro de
Educación del Gobierno de la Ciudad, Alberto Sileoni, había anunciado que el
estado fijaría los objetivos mínimos y que iban a ser transversales, para que
nadie pretendiera exceptuar a sus hijos. Que en el caso de los colegios
religiosos también serían obligados a enseñar los contenidos mínimos, y como
graciosa concesión aclaró: “Pero también pueden dar su punto de vista en cuanto
a valores, convicciones culturales y religiosas”. “Sin embargo, según la ley
todas las escuelas tendrán que promover la perspectiva de género, fomentar la
maternidad y paternidad responsables, evitar enfermedades de transmisión sexual
y abusos sexuales”. (Pagina 12, 29-09-06) La
familia: una opinión más En la misma entrevista Sileoni insistió: “Los
contenidos los decide el Estado, pero la familia puede llevar su opinión a la
escuela y habrá talleres de reflexión y formación para padres y capacitación
para los docentes que enseñen a los alumnos a cuidar, respetar y disfrutar de su
cuerpo”. El
debate Marcos Peña (Compromiso para el Cambio)
presidente de la Comisión de educación dijo que la ley es fruto del consenso.
Según el joven legislador (29 años) todos entendieron: -que había que sacar una ley
-que la ley la tenían que hacer entre todos
-que había que buscar el
equilibrio La ley -dijo Peña- -que la educación sexual debe ser integral -que el Estado es el “garante de la
información”, que debe “desarrollar los contenidos mínimos obligatorios e
igualar las oportunidades” -que las escuelas tienen que trabajar junto a
las familias. “La escuela tiene que convocar a la familia -que es el ámbito de
la formación y el cuidado- y la familia acompañar a la
escuela”. Ana Suppa (FpV): Recordó que su proyecto
partió del que presentó Juliana Marino en el 2002 y que para el 2004 hubo dos
proyectos: uno que planteaba que la familia es la que transmite valores sobre
sexualidad y el de ella que afirmaba que los transmite Hay que capacitar a todos los docentes, no
sólo a los de las áreas estrictamente ligadas a los contenidos a impartir. Esta
es una ley que “respeta el derecho a la diversidad y el derecho a ser
diferente”. Liliana Parada (ARI) Autora de uno de los
proyectos, aseguró que hay un discurso “dominial” cuando se habla de los hijos,
que “son los hijos de todos” y que por lo tanto “la responsabilidad es de
todos”. Para Parada no es una ley que “afecte creencias o religiones”.
Noemí Oliveto (Autodeterminación y
Libertad): A esta ley le hace falta hacer más hincapié en el placer: es una
materia “para que los chicos aprenden a disfrutar más”. “Hay que hablar de
homosexualidad”. “La Inquisición
quemó 50 personas al día, el 80% mujeres”.
Fernando Melillo (Convergencia): “Hace 2 años el
debate era más acalorado. De un lado estaban los que temían que el Estado
invadiera cuestiones vinculadas a las creencias y valores. Del otro estábamos
los que creemos que el Estado debe igualar”. “Hoy hemos llegado al consenso”.
“La Ley de Educación Sexual hace que no sea letra muerta la Ley de Salud
Reproductiva”. Verónica Gómez (PS): “Los individuos tienen que
poder cuidarse a sí mismos y elegir su modo de vida”. Diego Kravetz (FpV): Dijo que cofirmó el
proyecto de Suppa sin pensar en las implicancias y que se terminó de convencer
al escuchar a los contrarios (a los grupos “minúsculos” que critican la eficacia
del preservativo). Sentenció al final que esta podría ser llamada: Gabiela Michetti (Compromiso para el Cambio):
Destacó la satisfacción que produce el consenso, que se alcanza cuando se
prioriza a la sociedad y lo mucho que, como católica practicante, aprendió con
esto. Jorge San Martino (Recrear): Anticipó que su
bloque apoyaba la ley, aunque sin perjuicio de los consensos iban a pedir
algunas modificaciones, que fueron como es lógico rechazadas.
Ma. Eugenia Estensoro (ARI): Felicitó a sus colegas
porque “pasaron de la agresión a la concordia”. Para Estensoro la ley tiene una
visión pluralista porque habla de género y de dimensión espiritual y
psicológica; porque considera los intereses de los diferentes actores; y respeta
las creencias y las diferencias. Afirmó además que los mayores peligros, los
niños y jóvenes los enfrentan en sus hogares. Jorge Enríquez (Juntos por Buenos Aires):
Había presentado disidencias parciales que, como cabía esperar, no fueron
aceptas. Ponderó el consenso y agradeció la participación del Ministerio de
Educación de Florencia Polimeni (Guardapolvos Blancos):
Cofirmante del proyecto de Suppa, aseguró que “las batallas se ganan en el plano
de las ideas”. Resaltó que “la militancia y la convicción todo lo pueden”, por
lo que vale la pena -enfatizó- militar y luchar por aquello de lo que estamos
convencidos. Para Polimeni ayer
fue “un gran día” en el que esa Legislatura dijo "“de sexo sí se habla”.
Héctor Bidonde (Del Sur): Cargó contra
clérigos y militares, a los que dijo que habría que impartirles educación
sexual. Denostó el celibato y se explayó sobre “curas abusadores” y el “fracaso
de la Iglesia”. Conclusión “La militancia y la convicción todo lo
pueden”, declaró Polimeni y eso echamos en falta entre los que declaman defender
los derechos de los padres y después llegan a consensos nivelando por debajo y
cediendo terreno a la “cultura de la muerte”. Lo hemos reiterado muchas veces: los derechos
naturales no pueden ser materia de consenso, porque en ese momento dejan de ser
derechos. Por lo visto no hay en la Legislatura de Buenos Aires, en este
momento, quien reconozca que el orden natural es inmutable, por lo tanto
innegociable. Y lo que es peor se arrogan ilícitamente la potestad de conculcar
los derechos ajenos. Como ocurrió hace pocos días en el Congreso de la Nación
(vid. Notivida 393, 382). Las concesiones suicidas comenzaron cuando
hace tres años un legislador cercano a la Iglesia declaró ante un grupo de
padres de familia “ya que no podemos salvar a todos los chicos, salvemos al
menos al 50%”, refiriéndose a que iba a defender de la educación sexual con
contenidos oficiales a los colegios de gestión privada, dejando en manos del
progresismo abortista y pro gay a los alumnos de las escuelas de gestión
estatal. Transcurrió el tiempo y se llegó a conceder que el Estado se apropiara
de la inocencia de todos niños y los derechos de todos los
padres. Recordemos, por último, para aquellos que son
calificados de “cercanos a la Iglesia” que entre los puntos innegociables en la
vida pública Benedicto XVI incluyó “la protección del derecho de los padres a
educar a sus hijos”, (29-03-06). FIN ______________________________________ NOTIVIDA,
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