NOTIVIDA, Año VI, nº 338, 23 de marzo
de 2006 25 DE MARZO: DÍA
DEL NIÑO POR NACER Desde el año 1999
Argentina celebra el Día del Niño por Nacer. La
elección de la fecha recayó en el 25 de marzo -según puntualiza el decreto
que la instituyó- porque es la
“fecha
en que la Cristiandad celebra la Anunciación a En
la proximidad de una EL
NIÑO POR NACER
¡Qué expresión tan exacta y tan bella! “Niño por nacer” es una buena
traducción de “nasciturus”, el participio futuro del verbo “nacer”, en latín. Al
que ha de nacer como fruto de la concepción humana lo llamamos niño; no
simplemente feto, o embrión –nombres que también le caben en el lapso de su
desarrollo intrauterino- sino niño. Así lo autorizan, lo sugieren, lo exigen la
genética y el derecho. Desde el instante de la concepción es un niño, cuya
subjetividad jurídica debe ser reconocida y tutelada. La Convención de los
Derechos del Niño de las Naciones Unidas, que data de 1989, declara que se
entiende por niño todo ser humano menor de 18 años de edad, y en su preámbulo
afirma que a causa de su falta de madurez física y mental necesita atenciones
particulares, incluyendo la debida protección legal, tanto antes como después
del nacimiento.
En una oración bíblica, el Salmo 138 (139) encontramos esta preciosa
confesión dirigida a Dios: Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno
de mi madre; te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué
maravillosas son tus obras! Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi
ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo
profundo de
Las técnicas modernas, como la ecografía tridimensional, permiten seguir
visiblemente aquel misterioso “ser formado en lo secreto” a lo largo de su
evolución de nueve meses. Se pueden observar, por ejemplo, los gestos, sonrisas
y bostezos de un niño por nacer a los tres meses de su concepción. También se
puede registrar la reacción de
terror, de dolor, y el grito silencioso del que es asesinado en el seno de su
madre.
Estos datos invitan a dirigir la atención al niño por nacer como sujeto,
como persona, como hijo. No es un mero producto que pueda ser descartado si no
gusta, de acuerdo a las nuevas manías eugenésicas, o porque resulta de un
“embarazo no deseado”. No puede ser manipulado como un objeto biológico
cualquiera para servir a otro fin, por más humanitario que se quiera; él es un
fin, término de la acción creadora y el amor de Dios.
El 25 de marzo, Día del Niño por Nacer, coincide con la fiesta de la
encarnación del Hijo de Dios en el seno virginal de María. Él, Jesucristo, fue
durante nueve meses un niño por nacer. Al hacerse hombre se unió de algún modo a
todo hombre, y quiso identificarse con los más pequeños de sus hermanos: él
padece hambre en los hambrientos, sed, frío, desnudez, exclusión, enfermedad y
cárcel en todos los desheredados de la tierra. Él es de nuevo crucificado en
cada niño por nacer al que se le niega el derecho a contemplar la luz del sol.
+ Héctor Aguer, Arzobispo de La
Plata ______________________________________ NOTIVIDA, Año
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