NOTIVIDA, Año III, nº 190, 26 de noviembre de
2003 San Luis,
Argentina EL FUTURO DE NUESTRA PATRIA DEPENDE DEL FUTURO DE LA
FAMILIA
En un
mensaje difundido el viernes último, el Obispo de San Luis,
Mons. Jorge Lona, denunció "un
proceso destructivo de la familia", y señaló el efecto que
esto produce en los hijos y en la sociedad. Reiteró la
preocupación del Episcopado por los planes de educación sexual
que avasallan los derechos naturales de los padres, y por el
influjo negativo de los medios de comunicación. Recordó,
además, los ataques a la vida humana naciente, perpetrados con
la difusión -de manera disimulada- de fármacos de efecto
abortivo; remarcando la ineludible responsabilidad de los
gobernantes. Finalmente llamó a jugarse la vida en defensa de
la familia, porque "el futuro de nuestra Patria -afirmó-
depende del futuro de la
familia". Transcribimos
a continuación el texto completo del
mensaje: LA FAMILIA SE FUNDA EN EL
MATRIMONIO "El Matrimonio,
elevado por Cristo a la dignidad de sacramento, constituido
por la unión estable, perdurable, entre un varón y una mujer
que comparten un proyecto común abierto a la comunicación de
la vida. Por eso, no se puede equiparar a ningún otro tipo de
unión." Así, la familia matrimonial puede con justicia
llamarse la célula básica de la
sociedad. Sin
embargo, en la Argentina y en el San Luis de hoy, la familia
matrimonial está en crisis, en grave peligro. Durante
la última década, ha culminado un proceso destructivo de la
familia. Siendo la familia una comunión de amor y entrega
mutua de la vida, es atacada por la anti-moral del egoísmo y
del placer instantáneo, que rechaza todo compromiso profundo y
duradero. Según
las propias estadísticas oficiales, hoy en todo el país -y
también en San Luis- la unión matrimonial va quedando en
minoría. Esto significa el predominio de uniones transitorias,
que las mismas estadísticas señalan como poco duraderas. Las
consecuencias más dolorosas recaen sobre los hijos, que no
tendrán el amparo de la unión fiel y perdurable de los
padres. Si se
pierde la familia matrimonial, se pierde "el remedio por
excelencia para superar los efectos nocivos del desamparo y
del abandono, que tienen trágicas consecuencias de violencia,
delincuencia y adicciones, que sufren especialmente los
jóvenes", han dicho los Obispos argentinos. En todo
esto, es ineludible la responsabilidad de los gobernantes.
Actualmente, preocupa a los Obispos "la existencia de
proyectos de ley que pretenden legalizar el horrendo crimen
del aborto". Pero además, ya el Episcopado había señalado a
los legisladores que se estaba permitiendo la difusión de
fármacos de efecto abortivo, de manera disimulada. Por eso, se
insiste en que: "Las leyes deben defender la vida, el primero
de los derechos humanos -inalienable e irrenunciable- y su
"santuario" que es la familia." También
es un crimen contra la familia el impedirle que actúe como
educadora para que la juventud sea capaz de formar nuevas
familias. Es el efecto de la educación sexual permisiva, que
"educa" para el libertinaje. Los Obispos consideraron
"inaceptables, y a veces totalitarias, las leyes que tienden a
imponer planes de educación sexual en las escuelas sin tener
en cuenta el derecho primario y natural de los padres a la
educación de los hijos, y sin referencia a los valores morales
y religiosos". En esta
misma línea de defensa contra la "educación anti-familia", se
destacó: "No podemos dejar de mencionar, con dolor, el influjo
negativo que ejercen muchos medios de comunicación sobre las
familias. Renovamos, por tanto, nuestro llamado a los
responsables de los mismos para que utilicen estos modernos
instrumentos a fin de promover los auténticos valores que
alienten a las familias, y no las dañen de ningún
modo". Por otra
parte: "Muchas veces, el desamparo y aún el abandono se deben
a las condiciones de extrema pobreza e incluso de miseria que
aquejan a tantos grupos familiares y a tantos ciudadanos en
nuestra patria. Urge instaurar -lo decimos una vez más- una
justicia demasiado largamente esperada y promover la cultura
del trabajo, requisito necesario para un futuro más
humano." Decía
Juan Pablo II en una frase memorable: "El futuro de la
humanidad se fragua en la familia". De la misma manera podemos
decir que el futuro de nuestra Patria depende del futuro de la
familia argentina. Debemos jugarnos la vida para renovar esa
fundamental comunión de amor, fuente de vida y de capacidad
solidaria, que es la familia matrimonial. De lo contrario, la
Argentina se hundiría en el pozo sin fondo de un egocentrismo
visceral. Ningún ideal social de justicia y paz, podrá
construirse sobre las ruinas de la familia verdadera, la
familia matrimonial. Seguiremos
tratando, más adelante, este tema crucial. San Luis, 21 de noviembre de 2003. Mons. Jorge Luis Lona,
obispo de San Luis __________________________________________________________ NOTIVIDA, Año III, nº
190, 26 de noviembre de
2003 Editores:
Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río Página
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