NOTIVIDA, Año I, nº 61, Buenos Aires,
29-11-01 1. COMUNICADO DE LA
CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA SOBRE EL PROTOCOLO FACULTATIVO DE LA CONVENCIÓN
DE LA MUJER. 2. CARTA DE MONS. LONA, Obispo de San
Luis, A LOS SENADORES NACIONALES: CONSIDERACIONES SOBRE LA DEFENSA DE LA VIDA
ASUMIDA POR NUESTRA
PATRIA ____________________________________________________ 1. COMUNICADO DE LA
CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA SOBRE EL PROTOCOLO FACULTATIVO DE LA CONVENCIÓN
DE LA MUJER. A raíz de un e-mail que circuló insistentemente el
Secretario General de la Conferencia Episcopal dio a conocer por correo
electrónico lo siguiente: Subject: Comunicación respecto de un E-mail que está
enviando "laico escandalizado". Resolución
Nº 3 de la 82ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal
Argentina: "Se
vota afirmativamente expresar el parecer negativo de la Asamblea Plenaria
respecto de la posible aprobación del Protocolo sobre la discriminación de la
mujer por parte del Poder Legislativo Nacional, porque implicaría una renuncia a
la soberanía y dejaría una brecha abierta a la futura aprobación del
aborto". + Guillermo
Rodríguez-Melgarejo, Secretario General
de la Conferencia Episcopal Argentina. ________________________________________________ 2. CARTA DE MONS. LONA A LOS SENADORES
NACIONALES CONSIDERACIONES SOBRE LA DEFENSA DE LA VIDA ASUMIDA POR NUESTRA
PATRIA San Luis, 27 de noviembre de 2001 La Argentina reconoce que el ser humano indefenso
tiene derecho a vivir. Que no hay derecho a matar a una persona humana inocente,
que está viviendo indefensa en el vientre de su madre desde su concepción hasta
su nacimiento. Negar este derecho, es la discriminación más terrible
y más injusta. Es declarar indigno de vivir al que no puede
defenderse. Es la injusta condena a muerte de millones, varones y
mujeres por igual, y en algunos países mayoritariamente mujeres. Por eso, el derecho a un “aborto seguro” es,
inevitablemente, el “derecho” a un homicidio voluntario “seguro”. Lo inhumano de ese pretendido “derecho”, ya lo
percibían los médicos paganos que varios siglos antes de Cristo -en el juramento
hipocrático- rechazaban ser sus cómplices. Hoy, el tema del “aborto seguro” traza una gran línea
divisoria en la historia de la humanidad. La Argentina, hasta hoy, se ha negado
dignamente a cruzar esa trágica línea. Pero el actual tratamiento legislativo
del Protocolo Facultativo de la Convención Sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Contra la Mujer, pone a prueba esa
decisión. No se trata de un articulado legal abstracto, sino de
un instrumento de políticas concretas perfectamente conocidas, verificadas en
los últimos años. El Comité al que se refiere el Protocolo desde su
artículo 1º en adelante, promueve activamente la legalización del “aborto
seguro” en todos los países del mundo, considerando incluida a esa práctica en
el artículo 12º del mismo. A partir de esa realidad: 1. ¿Es congruente con la posición argentina la
aceptación de las actividades del referido Comité, estipuladas en los artículos
5ª, 6º y 7º del Protocolo -aceptación obligatoria si este es aprobado?.
2. El hecho de que en el artículo 17º se aclare que
“no se permitirá reserva alguna al presente Protocolo” ¿es congruente con la
presentación de reservas legales de cualquier tipo, simultáneas con la
aceptación de esos términos del Protocolo? ¿O esas reservas quedarían de tal
modo invalidadas, que sólo servirían para salvar las apariencias? Se trata de un
tema jurídico que puede ser debidamente aclarado. 3. Considerando lo anterior ¿no es mucho más
congruente con la digna posición argentina sobre la defensa de la vida la simple
no aprobación del Protocolo? En la postura que han adoptado la gran mayoría de
los países que son potencias mundiales, y también países vecinos de América
Latina, defendiendo así su soberanía jurídica. Estas consideraciones se proponen llevar a la
práctica aquella frase del último documento público del Episcopado: “Con ustedes
somos cristianos, para ustedes somos Obispos”. En una acepción amplia, esta
frase también puede leerse: “Con ustedes, compatriotas, somos argentinos, y para
el bien de todos ustedes Dios nos ha impuesto la responsabilidad de ser
Obispos”. Como tal, como compatriota y Obispo, como ciudadano
argentino, hago llegar estas consideraciones a quienes para el cumplimiento de
sus propias responsabilidades, pueda serles útil leerlas. Mons. Jorge Lona, Obispo de San
Luis ________________________________ NOTIVIDA, Año I, nº 61, Buenos Aires, 29-11-01
Editores:
Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río Página
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